Palacio del Tribunal Supremo o de Las Salesas (2ª Parte)
En la entrada anterior sobre el Palacio del Tribunal Supremo, 1ª parte, recordamos sus orígenes, la historia del edificio y de la institución, así como el exterior del palacio actual. Terminamos en el vestíbulo que sirve de entrada habitual al Palacio de Justicia, que fue la antigua Sala de la Audiencia Provincial.
Continuamos ahora nuestro recorrido por el Tribunal Supremo accediendo al interior del palacio neobarroco a través de la puerta custodiada por las dos cariátides mencionadas en la 1ª parte.
La primera sala con la que nos encontramos es el antiguo Salón de Pasos Perdidos de la Audiencia Provincial que nos sorprende por su gran luminosidad.
Este Salón se abre sobre uno de los dos patios interiores que aún conserva el palacio, lo que nos obliga invariablemente a mirar a través de los amplios ventanales que cubren todo el lateral.

Pero antes de entrar en el coqueto patio, debemos detenernos en la fuente que se expone ante uno de estos ventanales, que constituye un pequeño tesoro que ha sido capaz de superar los múltiples avatares del edificio hasta llegar a nuestros días, como testigo pétreo del siglo XVIII.
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En esta sala se conserva la fuente original que se hallaba en el palacio de Bárbara de Braganza |

La visita continua subiendo a la planta principal por la escalera conocida como de Isabel de Farnesio. El retrato de esta reina preside esta magnífica escalera, algo que muy probablemente no sería del agrado de la fundadora de Las Salesas Reales; recordemos que precisamente el "Cuarto Real" fue construido con la idea de que Bárbara de Braganza tuviera un refugio frente al gran poder ejercido por la reina madre, que nunca sintió ningún aprecio hacia la portuguesa Bárbara de Braganza. Isabel de Farnesio era la segunda esposa de Felipe V, madrastra de Fernando VI y por lo tanto suegra de Bárbara de Braganza y madre de Carlos III.
El retrato es de autor anónimo y pertenece al llamado "Prado disperso", es decir obras cedidas en depósito por el Museo del Prado a diversas instituciones y organismos oficiales para su exposición, ante la imposibilidad de exhibir en el Museo la gran cantidad de obras de arte que posee.
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Escalera de la reina o de Isabel de Farnesio |
Se trata de una escalera de tipo claustral que destaca por su rica balaustrada en mármol de Carrara, perteneciente al palacio original. Aunque no se puede apreciar bien en la fotografía, la decoración de la escalera se completa con dos cuadros de temática histórica y se encuentra rematada por un gran óvalo a modo de escudo con la iniciales del Tribunal Supremo en dorado.
La escalera de Isabel de Farnesio da acceso al Salón de Pasos Perdidos de la planta principal que constituye una auténtica joya del Palacio de Justicia.
Todo en este salón merece nuestra atención, comenzando por el magnífico suelo que fue instalado en este lugar por el arquitecto Joaquín Rojí tras ser rescatado del incendio de 1915. Está decorado con elaborados mosaicos de motivos vegetales, realizados en mármol de múltiples variedades y colores que rodean el escudo central, símbolo de la justicia.

El salón se encuentra dividido en pequeñas secciones mediante dobles columnas adosadas que enmarcan las entradas a la diferentes salas de los tribunales. Todas las columnas poseen capiteles dorados y están enlazadas mediante una gran cornisa que recorre todo el Salón de Pasos Perdidos rompiendo la uniformidad. El techo está decorado con pinturas intercaladas en cada una de las secciones del salón alternándose con las grandes arañas de cristal de La Granja que iluminan la extensa galería.
Las pinturas de la bóveda aparecen enmarcadas con molduras doradas polilobuladas haciendo todas ellas alusión a la Justicia, como "la Verdad", "el Progreso", "la Riqueza" y "el Delito", realizadas por el mismo artista del Salón de la antigua Audiencia Provincial de la planta inferior: Álvaro Alcalá Galiano.
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"El Progreso", de Álvaro Alcalá Galiano |
En el año 2007 se abrió dentro del Palacio de Justicia un museo en el que se conservan valiosas ediciones de textos jurídicos, entre las que podemos destacar: Las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio, edición en pergamino de 1555; el Fuero Viejo de Castilla, edición de 1771, de la famosa imprenta de Ibarra; los Ordenamientos de las Leyes de Castilla de 1480, etc.
Se muestra también, el garrote vil, utilizado para aplicar la pena de muerte, vigente en España hasta 1978.
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Garrote vil |
En esta Sala de lo Penal se exhibe un Cristo crucificado atribuido a Alonso Cano, aunque algunos especialistas consideran que el original se quemó en el incendio de 1915, entre otras cosas porque no aparece en la relación efectuada por Elías Tormo de las obras de arte rescatadas. Por ello podría tratarse de una obra de un discípulo suyo, copia del original.
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Cristo atribuido a Alonso Cano |
La Sala 1ª de lo Civil está decorada también con sedas de damasco pero en color dorado, que aportan gran luminosidad y permite diferenciar ambas salas.
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Sala 1ª de lo Civil |
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En esta sala se puede disfrutar de una soberbia Inmaculada de Claudio Coello |
La Sala de Plenos es la Sala principal del Tribunal Supremo.
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Sala de Plenos |
La Sala de Plenos está presidida a su vez, por un escudo, obra original de Mariano Benlliure. El techo abovedado posee unas magníficas vidrieras
En el techo se encuentra el cuadro de marceliano Santa María "La Justicia triunfando sobre el mal"
Este cuadro muestra la fuerza de la Justicia sujetando dos caballos y triunfando sobre los peores delitos. El mal está simbolizado por una lechuza negra
A continuación se accede a la Sala de Banderas, antesala de la Rotonda que es el despacho del presidente del T.S.
La Rotonda toma su nombre de la forma circular de la sala, antiguos aposentos de Bárbara de Braganza. Durante los años en que el palacio fue un renombrado colegio femenino, las alumnas de Las Salesas la utilizaron como salón de costura por su excelente iluminación. Las ventanas de La Rotonda dan a la Plaza de la Villa de París.
La pintura del techo es una espectacular obra de José Garnelo: "El Gran Collar de la Justicia". José Garnelo fue uno de los pintores más destacados de finales del siglo XIX y podemos destacar entre sus obras en Madrid las siguientes: el hall del Palacio de Quintana de Isabel La Chata, la restauración del coro de San Francisco el Grande, la pintura de la bóveda del coro titulada "La Gloria con el Padre Eterno y los Ángeles"; Fue el encargado de restaurar los frescos de la bóveda del salón de baile del Casón del Buen Retiro, obra de 1607 de Luca Giordano.
"El Gran Collar de la Justicia" fue un gran reto para Garnelo que estudió en profundidad toda la iconografía que luego plasmó magistralmente en la bóveda, dando como resultado una obra espectacular. Entre los detalles más importantes podemos destacar los siguientes:
La escena central presenta a España sentada en un trono, imponiendo el Collar de la Justicia a un magistrado del Tribunal Supremo.
Los cinco ventanales elípticos que iluminan la bóveda se hallan situados hacia el norte, este y oeste, de tal manera que al entrar el sol por el sur no interfiera en la visión del conjunto.
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"El Gran Collar de la Justicia" de José Garnelo |
De la base de la bóveda arranca "el árbol de la justicia", cuyas ramas están formadas por las alegorías de las virtudes que han de poseer los magistrados: por ejemplo, la Reflexión o la Verdad.
Rodeando el Collar de la Justicia aparecen las alegorías de las diferentes ramas del Derecho: Canónico, Natural, Romano, Civil, Mercantil, Internacional, Penal y Político
Todas ellas cargadas de simbolismo, por ejemplo...
Derecho Internacional: Con el fin de dar relevancia al carácter contractual del derecho, Garnelo muestra a dos diplomáticos, representantes de sus respectivos países, ataviados con trajes del siglo XVIII, firmando un tratado bajo la supervisión de Atenea. La diosa sostiene de manera ostensible un libro de "Protocolo", dejando constancia de su importancia para que las negociaciones internacionales lleguen a buen fin.
En un primer plano dos niños de diferente raza se dan la mano amistosamente, representando la concordia internacional. Sobre toda la escena se alza la alegoría de la paz, con una rama de olivo en la mano, que observa detenidamente la firma del acuerdo internacional, rodeada por las banderas de diferentes países.
Entre el mobiliario que compone el despacho del presidente del Tribunal Supremo destaca un conjunto de 12 sillas de madera que son una obra de arte de marquetería.
Tras ganar el pleito, la reina regaló el conjunto al Tribunal Supremo, y afortunadamente se salvaron del incendio de 1915.
Escalera de honor |
El escudo del Tribunal Supremo preside la escalera de honor. Está formado por la espada y la balanza, símbolos universales de la justicia, junto con una rama de laurel, símbolo de la victoria; un haz de fasces, símbolo de la unidad y el hacha, símbolo de la fuerza.
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Escudo del Tribunal Supremo en la Escalera de Honor |
En este escudo aparece también el Collar de la Justicia. Se trata de una insignia única, creada por Isabel II y elaborada por Platerías Martínez en 1844. Está formada por 18 eslabones con símbolos como la balanza, el libro o el ojo (la vigilancia).
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Este Collar de la Justicia es el que lleva S. M. el Rey en la ceremonia apertura del año judicial y se puede contemplar en el museo del propio Tribunal Supremo
Los frescos del techo, pintados por Enrique Simonet, hacen referencia a las diferentes regiones españolas.
La magnífica vidriera es de la Casa Mauméjean |
Dos esculturas de Coullaut-Valera flanquean la escalera: Justiniano y Alfonso X el Sabio.
El palacio constituye como hemos podido ver, un magnífico ejemplo de edificio neobarroco, que combina a la perfección su uso como Tribunal Supremo preservando su arquitectura monumental.
Se puede visitar durante las Jornadas de Puertas Abiertas que habitualmente se
celebran todos los años. Las fechas se publican en la web poderjudicial.es. También se puede solicitar una visita guiada para grupos o asociaciones culturales.