lunes, 28 de noviembre de 2022

Palacio del Tribunal Supremo o de Las Salesas (1ª parte)

                         

El Palacio del Tribunal Supremo es uno de los mejores ejemplos de palacio neobarroco de Madrid.

Construido sobre el anterior palacio barroco de Bárbara de Braganza, su belleza y elegancia no deja a nadie indiferente.

El Tribunal Supremo tiene su origen en el Consejo de Castilla, en plena Edad Media. Tal y como lo conocemos hoy en día como órgano supremo de justicia, surge con la Constitución de 1812, la conocida como La Pepa.


                         

Con la vuelta al absolutismo de Fernando VII se suprimió varias veces, pero finalmente, el Tribunal Supremo se reinstauró en 1834 y desde entonces viene funcionando sin interrupción.

Hasta 1875 estuvo instalado en el Palacio de los Consejos o Palacio de Uceda, en la calle Bailén esquina a calle Mayor.

En este momento el Tribunal Supremo se instala en el antiguo convento de las Salesas, tras ser desamortizado. 

 

                    

El edificio barroco original pertenecía a las Salesas Reales y formaba parte del convento-colegio mandado construir por la reina Bárbara de Braganza en 1750, destinado a las hijas de las familias nobles.


                    

El conjunto incluía el convento-colegio, iglesia, jardines, huertas y demás dependencias, ocupando una superficie de casi 75.000 m2.


Extensión original del convento-colegio de Las Salesas


La idea de Bárbara de Braganza era además, contar con un soberbio "Cuarto Real" por si quedaba viuda y necesitaba un refugio frente a la poderosa y temida Isabel de Farnesio. Pero la reina murió un año después y no disfrutó del palacio.

La reina no escatimó en gastos, contrató a los mejores artistas y se utilizaron los mejores materiales. Sin embargo el excesivo coste no gustó nada a los madrileños que cantaban coplas como ésta:

"Bárbara reina, Bárbara obra,

Bárbaro gusto... Bárbaro gasto"


                    

Las lujosas y costosísimas estancias fueron finalmente ocupadas por las alumnas internas y las religiosas del convento. En concreto, el actual despacho del presidente del Tribunal Supremo, la famosa "Rotonda", se corresponde con las habitaciones de la reina.

En 1870 el general Prim se incautó del palacio, dando únicamente 8 días a las religiosas para abandonarlo. Se respetó tan sólo la iglesia que es la actual Parroquia de Santa Bárbara.

Del soberbio palacio de Bárbara de Braganza se conserva muy poco, por ejemplo la escalera de subida al Cuarto Real que hoy en día podemos ver en el Museo Cerralbo, formando parte de la escalera de honor.



Los terrenos del antiguo convento-colegio se fueron reutilizando y durante los siguientes 15 años se urbanizó parte de los antiguos jardines conventuales: 

Se abrieron las nuevas calles de General Castaños, Orellana y Marqués de la Ensenada y se edificaron los solares colindantes al Paseo de Recoletos y calle Génova.

Afortunadamente se decidió mantener el antiguo jardín de la reina para crear una plaza, acorde a la categoría de un Palacio de Justicia.


                

En 1905 la plaza cambió de nombre por el de Plaza de la Villa de París, en honor al presidente de Francia que visitaba por aquel entonces la ciudad.

La estatua de Fernando VI de Olivieri, se trasladó en 1884 desde el antiguo claustro del monasterio a la nueva plaza.


                    

En ese momento se encarga a un joven y casi desconocido Mariano Benlliure la estatua de Bárbara de Braganza, para hacer pareja con la de Fernando V.


                    

Esta escultura es la primera obra que realiza el artista en Madrid, en 1887. 

El palacio fue remodelado para alojar la sede del Tribunal Supremo y de la Audiencia Provincial de Madrid, siendo inaugurado en 1875.

Se trataba de un edificio mucho más sencillo que el actual y desapareció por completo en el terrible incendio de 1915.


El palacio, obra de Ruiz de Salces,  antes del incendio

                    

El incendio de 1915 tuvo una gran repercusión en la prensa de la época y sus imágenes aún impresionan.


                    

Las pérdidas fueron irreparables. Se quemaron gran cantidad de archivos judiciales y documentos notariales.  Hubo una única víctima mortal: el secretario judicial José Mª Armada que falleció al intentar salvar algunos de estos documentos

                    

Como el fuego se inició en el palacio muchos de sus cuadros se quemaron, en cambio, en la iglesia dio tiempo a sacar a la calle la mayoría de las obras de arte, para protegerlas del humo y de las llamas.


La guardia civil custodiando las obras rescatadas de la iglesia 

                    

Alfonso XIII visitando la zona afectada

                    

Peor suerte tuvieron algunos de los cuadros que se salvaron del Tribunal Supremo. Muchos "se perdieron" en el desconcierto de la tragedia. Con el tiempo algunos han ido apareciendo en subastas, en mejor o peor estado y otros han sido recuperados por la policía. 

Elías Tormo, historiador del arte y por entonces Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, hizo una relación de 21 cuadros que se salvaron del incendio en "La galería de cuadros del incendio del Tribunal Supremo" 

Gracias a él, todos ellos se conservan.


"Abraham y los 3 Ángeles" de Frías y Escalante (s. XVII) recuperado
por la policía en 1994 y en la actualidad en el Museo del Prado


A raíz del incendio se descubrió un pasadizo que comunicaba con la cripta en la que estaban enterradas las religiosas salesas  En la actualidad es el Archivo del Tribunal Supremo.

La iglesia apenas se vio afectada por el incendio  y ha permanecido casi inalterada desde el s. XVIII. Constituye un perfecto ejemplo del barroco madrileño, cuya cúpula destaca sobre los tejados colindantes.


Vista aérea del conjunto del palacio e iglesia

                    

Joaquín Rojí fue el arquitecto elegido para erigir el nuevo Tribunal Supremo. Su intención fue recuperar el estilo del palacio original barroco, para ello mantuvo la planta original con sus 2 claustros.

Como recuerdo al palacio desaparecido, se reconstruyó la fachada de la calle General Castaños igual a la del edificio incendiado.


                    

En la siguiente imagen se puede reconocer la antigua entrada al convento, ahora transformada en una ventana del Palacio de Justicia. Se puede contemplar desde el jardín de entrada a la iglesia de Santa Bárbara.

    

                    

El nuevo Tribunal Supremo quedó terminado en 1926.  Joaquín Rojí obtuvo por este proyecto la 1º medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

En la fachada principal, el arquitecto mantuvo el estilo barroco original, con pilastras y balcones.


                     

Coronando la fachada principal se encuentra un grupo escultórico realizado por Miguel Blay que simboliza la función principal del Tribunal Supremo: la Justicia impartida con Equidad y sujeta a Derecho.

                

A ambos lados de La Justicia se sitúan dos figuras sedentes: El Derecho antiguo y moderno.

El Derecho Romano se muestra con un libro cerrado por ser el derecho antiguo


El Derecho Civil sin embargo, se representa con un libro abierto por ser el derecho moderno y actual.

En las hornacinas vemos estatuas de los juristas Papiniano y Gayo, obras de Mario Capuz, que simbolizan la Jurisprudencia.


                    

La entrada habitual al Palacio de Justicia se realiza por la calle Marqués de la Ensenada

En esta fachada encontramos sobre el frontón. otra escultura de Miguel Blay. Se trata de una representación distinta de la Justicia, con el brazo derecho alzado en gesto solemne.


El interior del palacio está decorado con un exquisito estilo neobarroco afrancesado que destaca por la riqueza y elegancia de cada detalle.



Las puertas que podemos ver hoy en día en el vestíbulo daban acceso a las antiguas salas de vistas de la Audiencia Provincial de Madrid.


Sobre ellas los mosaicos representan los conceptos fundamentales de la Justicia: Ley, Igualdad, Elocuencia y Fortaleza



Los frescos del techo son de Álvaro Alcalá Galiano, discípulo de Sorolla. Hacen referencia a la ley divina y humana. 


La ley divina: Moisés recibiendo las Tablas de la ley



Ley humana: Las distintas fuentes del derecho

Todas las vidrieras del palacio son de estilo modernista y repiten los emblemas del Tribunal Supremo y de la Justicia.



Dos cariátides custodian el acceso al T. Supremo:  un lugar "sagrado" en el que se decide sobre los valores más preciados para el hombre: su libertad y su patrimonio






Nuevo escudo constitucional 


En la próxima entrada Palacio del Tribunal Supremo o de Las Salesas (2ª parte) continuaremos con la visita al interior de este magnífico palacio neobarroco para ver entre otras cosas:  los Salones de Pasos Perdidos, las Salas de lo Penal, de lo Civil y de Plenos, las escaleras de Isabel de Farnesio y de honor y por supuesto la Rotonda o despacho del Presidente del Tribunal Supremo.


                                                         Madrid, Noviembre de 2022




Enlace vídeo Canal YouTube: María Jesús Pérez Moreno      https://youtu.be/bfYWFNBadEE


































































miércoles, 21 de septiembre de 2022

Aniceto Marinas


 

Aniceto Marinas

(Segovia 17.04.1866 - Madrid 23.09.1953)

  




           Algunas de las esculturas de este gran artista son auténticos símbolos de Madrid; todos conocemos la estatua sedente de Velázquez ante el Museo del Prado, Eloy Gonzalo en la Plaza de Cascorro, el Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles... y sin embargo, pocos son los que recuerdan el nombre de su autor.

Aniceto Marinas es para muchos, aún hoy en día, un gran desconocido. Sus magníficas obras bien merecen tener un autor reconocido y reconocible, no en vano Aniceto Marinas está considerado como uno de los máximos exponentes de la escultura española del siglo XIX y XX.

Sus obras se encuentran por toda España, pero es en Madrid donde podemos disfrutar de más de una veintena de sus esculturas.


Monumento a Daoíz y Velarde frente al  alcázar de Segovia
Monumento a Daoíz y Velarde frente al alcázar de Segovia

Aniceto Marinas fue todo un maestro en la composición de grupos escultóricos, en ellos logró transmitir el sentimiento, el dolor o la tragedia del momento histórico, con una fuerza a veces desgarradora, como  en el caso de los Héroes del Dos de Mayo en la Plaza de España.


Detalle del monumento a los héroes del Dos de Mayo, Plaza de España, Madrid

Los personajes históricos que esculpe, parecen cobrar vida a través de su extraordinaria expresividad y la perfección de sus rasgos.


             
    Diego Velázquez, Paseo del Prado, Museo del Prado

                      

Sus obras cuentan una historia, muestran la personalidad de un héroe o transmiten un sentimiento religioso.

Todo en ellas tiene un significado, por ese motivo es preciso detenerse y observar cada detalle, leer en sus pliegues, en sus gestos, en su ambientación. Cada una de sus esculturas puede calificarse de obra de arte.

Al final de su vida se especializó en la escultura religiosa, alcanzando una categoría comparable a la de los mejores imagineros españoles de todos los tiempos.

                      

Piedad en la iglesia del Sagrado Corazón, calle Ferraz, 74. Madrid


En este breve homenaje a Aniceto Marinas haremos un repaso cronológico a sus obras paseando por Madrid y sus alrededores.


                                  

Aniceto Marinas nació en una humilde familia de Segovia y ya desde pequeño destacó por su habilidad en esculpir figuras de cera.

                                       

1881: Con 15 años esculpió estos bustos de majos madrileños que podemos contemplar en el Museo de Historia de Madrid

                                      

 

1885: Con 19 años llegó a Madrid con una beca de la Diputación de Segovia, para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

1888: Con 22 años ganó la 2ª medalla en la Exposición  Nacional de Bellas Artes y con 24 esculpió este Sansón                                                  


                                                                      


1890: Ese mismo año aprobó la oposición para estudiar en la Academia Española de Roma. Durante su estancia en la ciudad eterna, obtuvo varios premios, y realizó entre otras esta escultura...

                      

    Homenaje a los Héroes del Dos de Mayo, junto a la Plaza de España      

El monumento muestra al teniente Daoíz, gravemente herido, apoyado sobre un cañón, el cadáver del chispero Malasaña y a un niño que sujeta la mano de Manuela Malasaña, ya muerta.

                                




1892: Con esta obra y con tan sólo 26 años logró la 1ª Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes.

     

La última reforma de la Plaza de España de finales de 2021 ha permitido recuperar el entorno de este conjunto escultórico y ahora se puede disfrutar plenamente del monumento.


Fotografía tomada en noviembre de 2021

1899:  Tras su regreso de Roma,  se instaló frente al Museo del Prado una de  sus esculturas más importantes: Diego Rodríguez de Silva y Velázquez

                                                                                                                              




   


                                                    





Marinas se implicó    personalmente y eligió la ubicación de la estatua para armonizar con la fachada del Museo




demostrando una vez más que sus obras debían conectar con el espectador, debían narrar una historia, para lo cual era imprescindible que se instalaran en un entorno adecuado que permitiera comprenderlas.

               

La estatua reúne los signos más representativos de la personalidad del genial Diego Velázquez: 


como pintor, sostiene la paleta y los pinceles

  

como Caballero de la Orden de Santiago se muestra con capa y espada

                                      

En esta fotografía vemos a Aniceto Marinas a principios del siglo XX

En 19     

 


1902: Se instaló en el Rastro el monumento al héroe de Cascorro: Eloy Gonzalo



La historia de Eloy Gonzalo es conmovedora. Fue un expósito, uno de los miles de niños que, desgraciadamente en aquella época, eran abandonados por unos padres que no podían hacerse cargo de ellos. Se crio en la inclusa de Embajadores y siendo muy joven para evitar una pena de cárcel, se alistó en el ejército, combatiendo en la guerra de Cuba.

En 1897 su regimiento se vio sitiado en el fuerte de Cascorro, cerca de Camagüey, por tropas independentistas cubanas. La única salida era atacar por sorpresa a los cubanos y destruir las casas desde las que atacaban el fuerte. Eloy Gonzalo, se presentó voluntario para incendiar las posiciones enemigas.

Convencido de que iba a morir en el intento, pidió llevar atada una cuerda en el pecho para que al menos pudieran recuperar su cadáver.

                  

Su misión fue un éxito, logró acabar con los insurrectos y liberar el fuerte de Cascorro. Su proeza salvó a todo su regimiento, pero cayó gravemente herido. Gracias a la cuerda que le mantenía unido a sus compañeros, éstos tiraron de su cuerpo malherido y lograron que llegara aún vivo al campamento. Lamentablemente sus heridas eran tan graves que murió a los pocos días.

El héroe de Cascorro logró salvar la vida de sus 170 compañeros, que de este modo pudieron resistir hasta la llegada de refuerzos españoles.






La estatua de la Plaza de Cascorro en el Rastro, retrata a Eloy Gonzalo con paso firme, decidido a entregar su vida para salvar a sus compañeros, cargado con su bidón de gasolina, dirigiéndose a una muerte segura.



Aniceto Marinas fue contemporáneo y amigo personal de Mariano Benlliure.

Ambos fueron retratados en el estudio de Marinas, en la calle Marqués de Urquijo de Madrid, en una curiosa instantánea en la que se ve a los dos geniales escultores realizando el busto del otro.







 Así veía Aniceto Marinas a Mariano Benlliure
                                                                                          
                                                   
     Aniceto Marinas por Benlliure (actualmente en Segovia)



1902: Recibe el encargo de esculpir el tímpano de la nueva iglesia de la Santa Cruz, junto a la Plaza Mayor
Nueva iglesia de Santa Cruz



       


Apoteosis de la cruz

                         

1903: Obtuvo por oposición la cátedra de Composición Decorativa de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.

También en 1903 fue nombrado Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

1908: En este año le encargaron la elaboración de un monumento conmemorativo del atentado que sufrieron los reyes Alfonso XIII y su esposa el día de su boda, en la calle Mayor, que no causó daños a los monarcas, pero en el cual fueron asesinados 30 madrileños.


Constaba de una imagen de la Virgen sobre un gran pedestal y un ángel custodiando las lápidas de los 30 muertos del atentado.






El monumento fue desmantelado en la II República y aunque quedan restos de su pedestal, se considera desaparecido.





 Monumento a las víctimas del atentado, calle Mayor


En la actualidad hay otro monumento de F. Coullaut-Valera mucho más sencillo.

1919: Se inauguró el monumento al Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles






La obra se erigió por suscripción popular. Aniceto Marinas se encargó de esculpir la imagen de Jesús y los conjuntos laterales. Sin embargo éste no es el monumento original, ya que fue destruido en 1936.

Al comenzar la guerra civil, hordas de incontrolados antirreligiosos intentaron destruir el Sagrado Corazón, 5 jóvenes se enfrentaron a ellos y fueron asesinados por defender el monumento.

Lamentablemente de poco sirvió, ya que tan sólo unos meses después, nuevos milicianos republicanos "fusilaron" la imagen y dinamitaron el conjunto artístico.


La imagen de Jesús quedó totalmente destruida, ya que a la acción de los explosivos y las balas, se sumó la saña y el afán de destrucción total.

En el mismo Cerro de los Ángeles se conservan algunos restos del monumento original.


Este grupo representaba "La caridad", con una religiosa guiando a unos niños




.
 Aún se pueden ver los rostros de dos de los niños

Tras la Guerra Civil se comprobó que era imposible la restauración del monumento y se tuvo que erigir uno completamente nuevo.


Aniceto Marinas, ya de avanzada edad, volvió a realizar la imagen del Sagrado Corazón en 1945, aunque no pudo ver la inauguración del nuevo Cerro de los Ángeles que se produjo en 1965.


La imagen, que está emplazada en el centro geográfico de la península, mide 11,5 metros de altura y muestra a Cristo con los brazos abiertos acogiendo a toda la humanidad










1922: La construcción del Monumento a Alfonso XII en el Retiro, reunió a los mejores escultores del momento. Entre ellos, Benlliure y A. Marinas.


                      


El conjunto monumental fue laborioso y muy complicado, se tardaron más de 20 años en su terminación y fue finalmente inaugurado en 1922




Benlliure se encargó de la estatua ecuestre de Alfonso XII, situada sobre el enorme pedestal a modo de mirador y sepulcro y Aniceto Marinas realizó el grupo "La Libertad” de uno de los laterales del monumento central





En la última etapa de su vida, sus trabajos se centraron en la escultura religiosa.

1942: En la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en la calle Ferraz, 74, encontramos una maravillosa "Piedad".












También realizó esta talla del Sagrado Corazón de María para el mismo templo

Imagen del Sagrado Corazón de María, calle Ferraz

1944: Una de sus últimas obras en Madrid fue el tímpano del Palacio de Buenavista que muestra una alegoría de España con Marte y la Historia





Asimismo, podemos encontrar algunas de sus obras en la Real Academia de Bellas Artes, aunque no disponemos de la fecha de su realización:



El delicado y elegante busto de su esposa




y la estatua de un personaje histórico, que bien pudiera ser Cervantes.




Por último, no podemos dar por concluida esta pequeña aproximación a la figura de este magnífico artista, sin hacer mención a su gran calidad humana.


Todos los que le conocieron destacan no sólo su genialidad, sino su personalidad y su carácter humilde y afable, algo que por ser poco habitual en artistas de su talla, bien merece ser igualmente recordado.














Falleció en 1953 en Madrid.

Está enterrado en el cementerio de la Almudena en una sepultura diseñada por él mismo.













Aniceto Marinas es otro más de los grandes artistas nacionales que merecen ser recordados y reconocidos. 

Pocas son las huellas que encontramos de él en nuestra Comunidad, afortunadamente existe una calle que lleva su nombre, junto al río Manzanares y una placa en la calle Marqués de Urquijo, en el lugar en el que se ubicaba su estudio. También en Brunete, a 25 km. de la capital, un Centro Cultural con su nombre nos ayuda a mantener aún vivo su recuerdo. 






En el siguiente vídeo de YouTube se puede disfrutar de un resumen de la obra de Aniceto Marinas en Madrid:    Canal YouTube María Jesús Pérez Moreno

https://youtu.be/ruBhVj17DJ4







                                                                             Madrid, septiembre de 2022




Palacio del Tribunal Supremo o de Las Salesas (1ª parte)

                                El Palacio del Tribunal Supremo es uno de los mejores ejemplos de palacio neobarroco de Madrid. Construido s...