miércoles, 27 de mayo de 2020

El Palacio del duque de Medinaceli, Madrid




Fachada principal del palacio sobre la Carrera de San Jerónimo en el s. XIX

Conocer el palacio de Medinaceli supone conocer una parte muy importante de la historia de Madrid y de España. 

Hablar del palacio de Medinaceli es hablar de la actual basílica de Jesús de Medinaceli, del Convento de San Antonio del Prado y del convento de Santa Catalina.

Cuando nos hablan del palacio del duque de Medinaceli casi siempre se limitan a indicar que se trataba del palacio, hoy desaparecido, que existía en el solar del actual Hotel Palace de la Plaza de Neptuno en Madrid.

Sin embargo el palacio fue mucho más, ocupó un lugar muy relevante, tanto a nivel artístico, por tratarse de uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca madrileña, como por su envergadura, al poseer unas dimensiones realmente grandiosas; baste decir que la actual basílica de Jesús de Medinaceli formaba parte del conjunto palaciego.

Y por supuesto, no podemos olvidar que dado el carácter tan destacado de sus dueños y moradores, este palacio fue testigo de acontecimientos muy importantes de la historia de España. 

Conozcamos algo más sobre el palacio del duque de Medinaceli desde sus inicios:

Este palacio fue inicialmente conocido como palacio del duque de Lerma ya que fue don Francisco Gómez de Sandoval, el todopoderoso valido de Felipe III,  quien lo construyó en la primera década del siglo XVII. Posteriormente pasó a la Casa de Medinaceli, adquiriendo desde 1653 la denominación popular de palacio de Medinaceli o del duque de Medinaceli. 

Maqueta de León Gil de Palacio de 1830. Museo de Historia de Madrid.
(En verde el Palacio del Duque de Medinaceli)


Lo primero que llama la atención son las dimensiones del conjunto palaciego.

Hoy en día podemos hacernos una idea de la superficie que ocupaba pensando que podemos empezar a caminar en la calle Huertas, seguir por la calle Jesús, cruzar Lope de Vega, después la calle Cervantes, continuar por la de San Agustín hasta llegar a la Carrera de San Jerónimo, bajar por la Plaza de Neptuno hasta regresar a la calle Huertas y, después de todo ese recorrido, aún no habremos salido de los límites del antiguo palacio del duque de Lerma.



Límites del palacio sobre un plano actual. 


Evidentemente, era bastante más grande que el actual Hotel Palace, que únicamente ocupa la manzana de la esquina de la Plaza de Neptuno.

Don Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma, fue el omnipotente valido de Felipe III, que ha sido calificado como el mayor especulador de la historia de España. 

Manipulador, intrigante y corrupto hasta el extremo, usó toda su influencia para enriquecerse, logrando una inmensa fortuna fundamentalmente por la especulación inmobiliaria. 

Consiguió convencer al inepto monarca para trasladar la capitalidad de España a Valladolid. De ese modo desde 1601 a 1606 Madrid dejó de ser capital de España, trasladándose el rey y toda la corte a Valladolid. Mientras tanto, el duque de Lerma aprovechaba para adquirir terrenos por todo Madrid a precio de saldo. Tan sólo unos pocos años más tarde, en 1606, volvió a hacer cambiar de idea a Felipe III para que retornara a Madrid la capital del imperio. Cuando la corte en pleno regresó a Madrid, Francisco Gómez de Sandoval era el dueño de multitud de propiedades que vendió a precio de oro. Muchos pensaron que realmente nunca tuvo intención de abandonar Madrid.


El Duque de Lerma, 1603. P. P. Rubens, Museo del Prado
Los abusos de poder del duque llegaron a tal extremo que la propia reina Margarita exigió la creación de una comisión de investigación para deponer al valido y llevarle a la cárcel. 

Ante esta situación Francisco Gómez de Sandoval no encontró mejor manera para eludir la justicia, que convertirse, nada menos, que en cardenal. 

En su lugar fue juzgado y ajusticiado su mano derecha, Rodrigo Calderón. 


Ejecución de Rodrigo Calderón en la Plaza mayor el 21 de octubre de 1621. Por su condición nobiliaria fue decapitado en lugar de ser ahorcado.

No podemos hablar del duque de Lerma sin hacer mención de la copla que corría de boca en boca de todos los españoles "Para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España, se viste de colorado".

Evolución del palacio:

En la primera década del siglo XVII el duque de Lerma adquirió los terrenos situados junto al Prado de Atocha, frente a lo que sería el Palacio del Buen Retiro y construyó un conjunto palaciego que incluía además del palacio propiamente dicho, extensos jardines, huertas y variadas dependencias.

Sus dependencias eran tan numerosas que no necesitaba para abastecerse nada que quedara fuera de sus tapias. Había creado una microciudad autosuficiente.

En la finca se disponía incluso de un espacio para lidiar toros y en sus amplios jardines se representaban obras de teatro, y por supuesto, en los salones se celebraban bailes a los que asistía lo más selecto de la nobleza y alta sociedad del momento.


El palacio permaneció muy poco tiempo en manos de la familia Gómez de Sandoval. 

Pasaron unas pocas décadas y en 1653 la tataranieta del primer duque de Lerma, Catalina, contrajo matrimonio con el entonces VIII duque de Medinaceli, pasando el palacio definitivamente desde entonces a formar parte del patrimonio de la Casa de Medinaceli.


Con el matrimonio en 1653 de Catalina, duquesa de Lerma, con el VIII duque de Medinaceli, el palacio de Lerma pasó a la Casa de Medinaceli. Retrato de Juan Carreño de Miranda

En la siguiente fotografía apreciamos con detalle el alzado del palacio a finales del siglo XVIII. El dibujo titulado "Ornato de la casa del Duque de Medinaceli" se puede consultar en los archivos digitalizados de la Biblioteca Nacional.

Ornato de la casa del Duque de Medinaceli. Antonio Aguado (dibujante) y Francesc de Paula Martín Mora (grabador). Madrid, Imprenta Real, 1789

El palacio sufrió importantes obras de remodelación a finales del siglo XVIII.


Durante la invasión napoleónica los franceses se incautaron del palacio y causaron graves destrozos en su estructura. Los daños fueron tan importantes que la Casa de Medinaceli fue incapaz de asumir los costes de reparación y fue quedando en desuso hasta su total abandono.



El palacio en 1854. Alfred Guesdon. En primer término el palacio de Villahermosa, actual Museo Thyssen


Mesonero Romanos en su libro “El Antiguo Madrid” de 1861, nos describe detalladamente la historia de este lugar:

" (...) Este palacio pasó después, por entronque de la familia de los Sandovales con los La Cerdas, a ser propiedad de los duques de Medinaceli, y acaba de ser espléndidamente decorado interior y exteriormente por su ilustre poseedor actual (1860); conserva además gran parte del rico tesoro de su armería, biblioteca y galería de pinturas, con infinidad de objetos preciosos de interés artístico y de utilidad histórica. (...) No fue menor el interés literario de que le revistió después el ilustre duque de Medinaceli D. Antonio de la Cerda, gran protector de los célebres ingenios de aquel brillante siglo XVII, haciéndole servir de teatro, donde en suntuosas fiestas palacianas ostentaban las claras dotes de su ingenio los Lopes y Calderones, Guevaras y Moretos y demás que formaban la pléyade luminosa de nuestra república literaria. Habitando en esta casa el insigne Quevedo fue preso, por una sátira que se le atribuyó, en la noche del 7 de Diciembre de 1639".

A pesar de tanta opulencia el palacio fue deteriorándose y se llegó incluso a tapiar el chaflán de la Plaza de Neptuno para evitar su derrumbe.


La fachada lateral del palacio que daba a la Plaza de Neptuno se tapió a finales del siglo XIX para evitar su derrumbe. Al fondo se distingue la cúpula de Jesús de Medinaceli, hoy también desaparecida

En 1890 los duques de Medinaceli procedieron a la venta de la propiedad y la duquesa viuda de Medinaceli decidió trasladarse a otro palacio dentro de Madrid.



Una de las últimas imágenes del palacio antes de su demolición

El Duque de Uceda había erigido en 1864 un nuevo y moderno palacio al estilo francés en la Plaza de Colón, conocido como Palacio del Duque de Uceda. Este palacio fue adquirido por el Marqués de Salamanca y finalmente por la duquesa viuda de Medinaceli, que abandonó definitivamente el palacio de la Carrera de San Jerónimo. Cabe señalar que este último palacio también ha desaparecido y en su solar se construyó en 1970 el Centro Colón. 

En 1910 el conjunto palaciego del Duque de Medinaceli fue derribado en su totalidad y en la esquina de la Plaza de Neptuno se levantó el Hotel Palace.

Plaza de Neptuno en la actualidad con el Hotel Palace, la prolongación de la calle Cervantes y el palacete diseñado por Antonio Palacios, actual Hotel NH

Los terrenos que habían ocupado el extenso palacio se dividieron en varias manzanas, casi todas ellas destinadas a viviendas particulares. Se abrieron nuevas calles, o mejor dicho, se prolongaron calles que antes terminaban ante los muros del palacio.

Se prolongó la calle Cervantes, que es la que se ve en la foto anterior, y también la calle Lope de Vega, para dar acceso al Paseo del Prado a través de lo que antes eran terrenos del palacio.

Podemos hacernos una idea del aspecto exterior del palacio en el siglo XIX, con esta imagen del año 1891, cuando el edificio estaba ya en plena decadencia.
 Imagen del entierro de Alonso Martínez, al pasar  por delante de las Cortes, al fondo la grandiosa fachada del palacio del duque de Medinaceli.(15.01.1891)

El palacio de Medinaceli como protagonista de algunos acontecimientos de la historia de España:

Muchos fueron los acontecimientos que se desarrollaron entre los muros del palacio, entre ello destacamos los últimos días de la grave enfermedad que llevaron al fallecimiento de Mª Luisa Gabriela de Saboya, primera esposa de Felipe V y la estancia del rey durante varios meses para recuperarse tras la muerte de la reina incluida la famosa e intrigante princesa de los Ursinos.

Así lo describe José Amador de los Ríos en su Historia de la Villa y Corte de Madrid:

"Comenzó a experimentar la reina alguna novedad poco favorable en su salud y (...) pasó con el rey y los infantes a vivir por algunos días en la casa del duque de Medinaceli, que era una de las más desahogadas y cómodas de la Corte. Lejos de hallar alivio fue empeorando, de suerte que hubo de administrarla el Santo Viático (...) Su muerte acaeció el 14 de febrero de 1714. 
Con la muerte de la reina, quedó la princesa de los Ursinos por única consejera de don Felipe (...) de la cual no podía apartarse, pues viviendo el rey en la casa de Medinaceli, mandó mudarse a la princesa al inmediato convento de Capuchinos (...) haciendo que se abriese una puerta de comunicación entre el palacio y la habitación que la de los Ursinos ocupaba"

El rey permaneció en el palacio de Medinaceli hasta el mes de diciembre de 1714, cuando hizo su entrada en Madrid su nueva esposa, Isabel de Farnesio, y se instaló con ella en el Palacio del Buen Retiro. La princesa de los Ursinos ya había sido destituida por la nueva reina incluso antes de su llegada a Madrid.




Fotografía para tarjeta de visita de Jean Laurent, anterior a 1863

Fundaciones conventuales anejas al palacio:

Convento de los Trinitarios Descalzos, actual Basílica de Jesús de Medinaceli:


La actual Basílica de Jesús de Medinaceli tiene una azarosa historia por lo que únicamente nos vamos a detener en sus orígenes y vinculación con el palacio de Medinaceli.

El antiguo convento de trinitarios descalzos de Nuestra Señora de la Encarnación fue fundado por el duque de Lerma el 7 de abril de 1606. Pronto el convento pasó ser conocido como el convento de Jesús Nazareno, ya que en su interior se custodiaba una imagen de Jesús que estuvo cautiva en Fez y fue rescatada por los trinitarios en 1682.


Imagen de Jesús Nazareno. Obra del taller de Juan de Mesa, mediados s. XVII
La venerada imagen de Jesús Nazareno lleva muy merecidamente el apelativo "de Medinaceli" ya que los sucesivos miembros de la Casa de Medinaceli han demostrado especial inclinación e interés por esta imagen, protegiéndola ante los múltiples acontecimientos a los que ha tenido que enfrentarse y procurando siempre su exposición al pueblo de Madrid que le testimonia una gran veneración.

A modo indicativo podemos reseñar que en 1689 los duques de Medinaceli donaron una primera capilla para depositar la imagen. 

El edificio sufrió la guerra de la independencia, la desamortización y cuando fue devuelto de nuevo a los duques de Medinaceli, éstos lo cedieron a las monjas del Caballero de Gracia que no tenían edificio propio.

Tras la desamortización los duques debieron hacer uso de toda su influencia para conseguir que la imagen de Jesús Nazareno regresara a la capilla original de los trinitarios.

En el año 1890 cuando fue demolido el convento de los capuchinos de San Antonio del Prado, éstos se instalaron en el convento de Jesús de Medinaceli y en 1895, los duques decidieron instalar en su nueva capilla, de manera definitiva, la imagen de Jesús.

Sin embargo el edificio tuvo que ser demolido por el mal estado en el que se encontraba y el actual que ahora podemos contemplar, fue erigido en el año 1930 sin que quede ningún resto ni relación con el antiguo convento, salvo la veneración a Jesús Nazareno.

 



Convento de San Antonio del Prado:

El convento de San Antonio del Prado, nº 3 del plano de Texeira, fue fundado en 1609 por Francisco Gómez de Sandoval como Casa Profesa de los jesuitas. Tras la marcha de los jesuitas los capuchinos ocuparon el convento.

Plano de Texeira de 1656: nº 1, recinto palaciego del Duque de Lerma
- nº 2. Convento de los Trinitarios Descalzos, hoy Basílica de Jesús de   Medinaceli
- nº 3. Convento de San Antonio del Prado, hoy desaparecido, existe una capilla de las Esclavas de María
- nº 4. Convento de Santa Catalina de Siena, desaparecido, hoy Hotel Villa Real.
El duque de Lerma, era nieto de San Francisco de Borja, y como titular de la fundación de la Casa Profesa de los jesuitas depositó los restos del santo en la iglesia de San Antonio del Prado en 1617. 

Allí permanecieron hasta el traslado de la Casa Profesa a San Felipe Neri. Resulta interesante la historia de la urna que contenía los restos de San Francisco de Borja ya que sufrieron muchos traslados y en uno de ellos regresó por segunda vez a la iglesia de San Antonio del Prado, en concreto desde 1836 hasta 1890, es decir hasta que se vendieron las propiedades del palacio de Medinaceli.


Los duques de Medinaceli ostentaban la titularidad de la fundación de la Casa Profesa de los jesuitas al haberla heredado de los duques de Lerma, por lo que siempre velaron por los restos del santo. Tras la venta del palacio en 1890, la Casa de Medinaceli se encargó de trasladar de nuevo a San Francisco de Borja, en este caso a la cercana basílica de Jesús de Medinaceli también vinculada a los duques de Medinaceli. Allí permanecerá hasta la construcción de la iglesia de San Francisco de Borja en la calle Flor Baja en 1901.


Del edificio destacaba su iglesia, concluida en 1716 y levantada sobre una planta de cruz latina con crucero y cúpula. En el exterior, la fachada principal estaba precedida de una lonja desde la que se accedía a la puerta principal por una escalerilla. Sobre la portada, sencilla, destacaba una estatua de San Antonio de Padua con el Niño en brazos.



Iglesia del convento de San Antonio del Prado o de los capuchinos


Desamortizado en 1836, quedó únicamente en funcionamiento su iglesia hasta que fue derribada en 1890. 

Los monjes capuchinos se trasladaron a la otra fundación del duque de Lerma, la actual basílica de Jesús de Medinaceli.

Más tarde se instaló en él un colegio de señoritas y un edificio de viviendas.

Hoy en día en la calle Cervantes, 19 encontramos esta placa que recuerda que en los últimos años de existencia de la iglesia de San Antonio del Prado se celebró la primera vigila de adoración nocturna del Santísimo Sacramento.


La placa está colocada en la actual Iglesia y el Convento de las Esclavas del Sagrado Corazón, situado. 

El convento, la iglesia y la huerta han desaparecido pero se sigue manteniendo la adoración al Santísimo en una preciosa capilla perteneciente a las Esclavas del Sagrado Corazón.




Se trata de una pequeña pero singular capilla, que posee una rica decoración en madera en estilo neomudéjar. 





Esta capilla es una gran desconocida pero merece la pena ser visitada.






Convento de Santa Catalina:

Otro de los conventos construidos por el duque de Lerma fue el de Santa Catalina, destinado a las monjas procedentes del antiguo convento de Santa Catalina de Siena fundado por doña Catalina Téllez, camarera de Isabel la Católica en 1510.

El duque de Lerma compró el edificio del Hospital General que se había trasladado a Atocha y que estaba separado del palacio sólo por la calle del Prado. Ocupaba los terrenos situados entre la Carrera de San Jerónimo, la calle del Prado y la de Santa Catalina. (nº 4 del plano de Texeira)


Plano de Texeira de 1656: nº 1, recinto palaciego del Duque de Lerma
- nº 2. Convento de los Trinitarios Descalzos, hoy Basílica de Jesús de Medinaceli,
- nº 3. Convento de San Antonio del Prado, hoy desaparecido, existe una capilla de las Esclavas de María,
- nº 4. Convento de Santa Catalina de Siena, desaparecido, hoy Hotel Villa Real.

Los dos conventos construidos por el todopoderoso Francisco Gómez de Sandoval se unieron mediante un pasadizo volado sobre la calle del Prado. En el plano de Texeira anterior, el pasadizo está marcado en color rojo.

Las monjas fueron expulsadas del convento durante la invasión francesa. José Bonaparte derribó el convento y en su lugar se levantaron edificios de viviendas. En la actualidad es el Hotel Villa Real.

Hotel Villa Real, en el solar del antiguo convento de Santa Catalina
Como hemos podido comprobar muy poco queda del inmenso palacio del duque de Medinaceli, pero sus huellas persisten en las calles de Madrid, dando nombre a los lugares en los que antaño estuvieron estas grandes edificaciones, como las calles Santa Catalina, Duque de Medinaceli y por supuesto calle de Jesús.

                                                      




                                                 Madrid, a 27 de mayo de 2020


Bibliografía:

- Memoria de Madrid
- Blog: Madrid sin prisas
- Blog: Arte en Madrid
- Web: jesusmedinaceli.archimadrid.es
- Web: fundacionmedinaceli.com

- Historia de la Villa y Corte de Madrid, Volumen IV,      José Amador de los Ríos


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Palacio del Tribunal Supremo o de Las Salesas (1ª parte)

                                El Palacio del Tribunal Supremo es uno de los mejores ejemplos de palacio neobarroco de Madrid. Construido s...